La tentación de
muchos maridos viene dada por varios factores, primeramente porque
los hombres por naturaleza sienten deseos por muchas chicas, de hecho
en la mayoría de los casos así sientan amor por una mujer, llegan a
sentir deseos por otras, ya que no ligan tanto los sentimientos con
los placeres carnales como si lo suelen hacer las chicas. En segundo
lugar, el ver el mismo rostros y el mismo cuerpo hace que muchos
hombres sientan la necesidad de algo nuevo, por eso muchos maridos se
atreven a las infidelidades, por ese impulso de vivir una nueva
sensación de cama, además si se viven monotonías y rutinas en su
relación, es más factible aun que un hombre no dude en buscar a
otra chica que pueda clamar sus ansias.
Y muchas veces el conseguir a
una bella mujer, se traduce no en salir a bares o pubs, sino que en
la mayoría de los casos esas chicas más tentadoras son mujeres del
entorno, es decir, alguna colega del trabajo, alguna chica del
gimnasio, o quizá alguna vecina de nuestro edificio o vecindario,
que no solo se muestre con su belleza de cuerpo sino también con esa
picardía y simpatía que suele hacernos volar la imaginación.
Por eso más que
una conquista de una desconocida o los brazos tentadores de una chica
escort, el tabúes o el deseo de los caballeros se suele despertar
más con esas mujeres, quizá porque no solo son hermosas, sino que
también representan lo prohibido y sabemos que lo prohibido es algo
que a los seres humanos siempre les ha llamado la atención, pues
sabemos que mantener una aventura con alguna de esas chicas, implica
que en cualquier momento podemos llegar a ser descubiertos por
nuestras parejas y así crear un gran conflicto familiar y social.
En definitiva son
las mujeres del entorno la tentación de maridos, muchas veces no
solo porque tengan necesidades que no son cubiertas por sus parejas,
sino por el simple hecho de hacer sus sueños realidad, ya que en
ocasiones el ver constantemente a esa chica que nos gusta nos hace
crear fantasías que si vemos la oportunidad de hacerlas realidad,
dejamos de lado cualquier razón y nos sucumbimos ante nuestros
instintos y deseos, sobre todo porque quizá al arriesgarnos a
mantener un encuentro con esa chica hermosa de nuestro entorno,
logremos pasarla bien y no ser descubiertos en el hecho, ganando en
ambas partes.