Los hombres suelen vivir una vida sexual muy activa, no solo
durante la juventud, sino a lo largo de toda su vida, atraviesan
por muchas relaciones formales y pasajeras, hasta que un día deciden lanzarse
al agua con la chica que les mueve el piso, con la que podrá hacer familia,
porque uno de sus propósitos al casarse es procrear, formar una familia, algo
así como formar una empresa constituidas por varios miembros, en la cual él
será la cabeza o jefe de la misma, algo así es el pensamiento de los hombres,
el sentir a la hora de dar el gran paso.
Una vez el hombre haya formado su hogar, constituido su imperio,
de haber cumplido metas y sueños, de vivir una vida apacible, con altas y bajas,
pero ya más bajo perfil, tranquilo, muchos son los que caen en el dilema, de si
es eso lo que quieren, ya son muchos años con la misma pareja, la cual juran
conocer mejor que nadie, inmersos en una rutina que ninguna de las partes se
atreve a romper, entonces la mayoría de las veces es el hombre que decide dar
el primer paso e inicia la búsquedas de nuevas experiencias, de otros brazos,
labios, otro cuerpo.
El hombre decide ser infiel, ya aburrido de un largo matrimonio,
con una avanzada edad y una estabilidad económica, tentación muy fuerte para
esas chicas jóvenes que se encuentran en la búsqueda del hombre ideal, maduro,
estable, experimentado y con algo de dinero, es cuando a él, se le abren muchas
puertas, es muy gratificante para un hombre de 40, tener una relación con
una chica en su mayoría de 20 años y para ellas una oferta muy
interesante, puesto que estas buscan a esa edad es divertirse, vivir la vida
al 100%, sexo, rumbas y más, el hombre interesado en probarse que si puede
tener una chica joven a su lado, recordar sus tiempos de juventud, todo es con
la intención de sentirse más jóvenes, capaz, de probarse a ellos mismos su
virilidad; es entonces cuando empieza el idilio entre la chica de 20 y el
hombre 40, una relación de fuego, aventuras y diversión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario