Con el transcurrir de los años, ha
nacido un mito en torno a la sexualidad del hombre, desde siempre, se
ha dicho que ellos, son personas muy básicas, sobre todo en el
ámbito sexual, que son más fáciles de excitar, para lograr
orgasmos y alcanzar el clímax en las relaciones sexuales y al
parecer al pensar de esta forma, se ha incurrido en un gran error,
porque si en realidad, el hombre pudiera disfrutar del sexo con
cualquier chica, satisfacerse fácil y rápidamente como se dice, el
no tuviera la necesidad o la fama de infiel, no tendría que buscar
aventuras, amantes o crear relaciones paralelas, si bien se conoce de
la naturaleza apasionada y aventurera de los hombres, no hay que
olvidar que un chico complacido y satisfecho, no tiene porque caer en
la tentación de la infidelidad.
He allí el problema, y es cuando sale
a relucir el gran error, porque sucede que aunque, muchos hombres
logran excitarse más fácilmente que las chicas, también es cierto
que ellos, acostumbrados a la rutina y aborreciendola, es que se ven
en la obligación de volverse infieles, fo ante las situaciones que
les ha tocado vivir, no tienen de otra opción que buscar diferentes
alternativas, porque si fuera tan sencillo, como se cree, porque no
se satisfacen con una sola chica, con las mismas posiciones, porque
sucede que el hombre cada vez se vuelve más exigente en su
sexualidad y siente la necesidad de estar con chicas que le ofrezcan
más variedad, que tenga un amplio menú, que les permita la
satisfacción plena y segura; antes, durante y después de la relación intima, no es solo el acto de la penetración la que le
permite disfrutar del sexo, cada detalle cuenta y es importante para
ellos. Estos generalmente prefieren aventurarse con chicas
desinhibidas, extrovertidas, arriesgadas, que se atrevan a vivir y a
experimentar cosas que salgan de lo común, que rompa el molde, y
mientras más reciban de ellas, mayor sera su nivel de placer y
emoción.
Los hombres, son personas inquietas,
infieles por naturaleza, desinhibidas, alejados de tabúes y
prejuicios, que le permitan disfrutar de los momentos ardientes,
llenos de lujuria, de riesgos, de un poco de locura, donde no haya
techo, ni limites para cumplir deseos y fantasías eróticas, ellos
anhelan compartir sexualmente con chicas que tomen el mando de la
relación, que sean ellas las que den el primer paso, la que
conquiste y lo seduzcan, no desean ser ellos los que siempre inicien
y lleven las riendas del acto sexual.
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